APARTADO II
Jean Piaget entiende y sostiene que la l
ó
gica es inherente al comportamiento humano y
su comienzo es anterior a la posibilidad de la articulaci
ó
n del lenguaje que es la base del
pensamiento.
En Piaget, si bien la biolog
í
a ejerce una influencia notable, no por eso el sujeto es
pensando en t
é
rminos de pasividad y puro recept
á
culo de los est
í
mulos externos. De
hecho, la revoluci
ó
n en el conocimiento del ni
ñ
o que introduce Piaget se basa en no ver
m
á
s al ni
ñ
o como un ser pasivo, tal como se lo entend
í
a en la antigua edad media y
comienzo de moderna, sino como un “peque
ñ
o cient
í
fico”.
El ni
ñ
o piagetano es un sujeto que crea; que construye conceptos y que incluso sus
errores poseen una l
ó
gica que le es propia. “(…) el desarrollo mental es una
construcci
ó
n continua, comparable a la edificaci
ó
n de un gran edificio que, con cada
adjunci
ó
n, ser
í
a m
á
s s
ó
lido. (Piaget, 1964)”. Esta construcci
ó
n que hace el ni
ñ
o del
c
onoci
mi
e
n
to
n
o
e
s
a
za
ros
a
n
i
es
ta
d
e
s
pr
ov
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e
un
o
r
de
n
.
S
i
g
u
e
un
c
a
mi
n
o
–
ti
e
n
e
un
patr
ó
n- progresivo de maduraci
ó
n desde formas elementales hasta formas de gran
complejidad. Esta forma de l
ó
gica del infante, sobre todo preverbal, lo llamo una
sistem
á
tica de los errores.