Según Nietzsche la verdad son metáforas, metonimias y antropomorfismos, las
verdades son ilusiones con respecto a las cuales se ha olvidado que son metáforas que
se han ido desgastando paulatinamente y perdiendo su fuerza sensible. Sin embargo
todavía no se sabe de donde viene el impulso de la verdad solo la obligación moral. El
hombre miente inconscientemente y por ser inconsciente llega a tener sentimiento de
verdad. El hombre aprende la utilidad de la verdad. Lo que diferencia al hombre del
animal es la capacidad de crear ilusiones cosa que entre las primeras impresiones
intuitivas no sería posible, (metáfora intuitiva: impar e individual, sabe escapar de
encasillamientos) los conceptos son rígidos y fríos y quien se acerque a ellos empezar a
creer que son el residuo de una metáfora y la ilusión de la transmutación estética de una
excitación nerviosa en imágenes. Desde este punto de vista la verdad significa que todo
se tiene que usar con el objetivo diseñado, así es como se encuentra al dios y se empieza
a entender como verdad la búsqueda del dios-concepto en aquella división del cielo
creada. El hombre crea y venera a este dios a pesar de que no haya nada que demuestre
su existencia. La verdad está escondida, una persona la puede encontrar, simplemente
tiene buscar detrás de las cosas, y allí estará, no hay mucho que celebrar aquí ya que si
yo nombro algo y cuando lo veo lo llamo como creí oportuno sale una verdad pero de
valor limitado, por que no es nada más que una asimilación de una metamorfosis desde la
perspectiva del hombre.
Cuando el hombre se olvida su origen y del poder de su fantasía empieza a creer
que las cosas son una verdad en sí, olvidándose que el hombre y es un sujeto solo que es
un sujeto artísticamente creador, si el hombre se liberara de esta creencia que lo aprisiona
terminaría con su autoconciencia. El hombre no sabe cual de todas las perspectivas de la
realidad es correcta y más certera ya que no hay forma de medirlo. Los objetos y los
sujetos no tienen ninguna casualidad pero a lo sumo pueden tener un comportamiento
estético pero para que esto suceda debe haber una fuerza intermediaria, poética y libre
de inventar. Una persona quiere expresar lo siente del mundo empírico pero no sabe
cómo representarlo, Cuando un objeto es nombrado y representado por todas las
personas a lo largo del tiempo empieza a ser reconocido como sí mismo, al igual que
cuando algo se repitió continuamente empieza a ser interpretado como la realidad,
aunque esto se repita no asegura la justificación.
Toda persona que conoce las consecuencias no debe confiar en este tipo idealismo
ya que se ha convencido de la eterna consecuencia que no permite la ruptura de las leyes
naturales, el hombre saca la conclusión de que su idea actual es libre de contradicciones,
debido que aun no las percibe, si no que percibe parte de la esencia. Si todos tuvieran
una sensibilidad diferente el mundo se vería desde nuevas perspectivas y tomaría a la
realidad como un objeto subjetivo. El hombre no conoce la ley natural pero si sus efectos,
ya que estas son intangibles y les agregamos el tiempo, el espacio, es decir sucesiones
de números y allí nos resulta conocido. Todo lo que admiramos de estas y leyes y que
podría hacer temblar a aquel idealismo radica precisa y exclusivamente en la estrictez de
la matemática y la inviolabilidad de sus representación de tiempo y espacio. Pero esto lo
producimos nosotros como una necesidad básica, por lo tanto ya no es sorprendente que
los números radiquen en estas leyes, por lo tanto lo único que el hombre hace es
impresionarse de sí mismo. Por lo que se llega a la conclusión de que en aquellas
metamorfosis artística se encuentran las formas primordiales.