sarcoplásmico lo transporta de vuelta al sitio de almacenamiento sarcoplásmico. La baja concentración de Ca2+ libre dentro del
retículo sarcoplásmico es mantenida por la calsecuestrina, una proteína fijadora de calcio que colabora en la eficiencia de la captación
de Ca2+. La unión del Ca2+ a la calsecuestrina dentro del retículo sarcoplásmico reduce, por lo tanto, el gradiente de concentración
de Ca2+ libre contra el cual debe funcionar la bomba de ATPasa activada por Ca2+. La concentración de Ca2+ de reposo se restablece
en el citosol en menos de 30 milisegundos. Esta restauración de la concentración de Ca2+ de reposo cerca de los miofilamentos
normalmente relaja el músculo y provoca que la contracción se detenga. La contracción, no obstante, continuará en tanto los impulsos
nerviosos continúen despolarizando la membrana plasmática de los túbulos T.
Cuando el músculo está relajado, la tropomiosina impide que las cabezas de miosina se unan con las moléculas de actina porque cubre
los sitios de unión a miosina en las moléculas de actina. Después de la estimulación nerviosa, se libera Ca2+ en el sarcoplasma, que se
une a la troponina, la que entonces actúa sobre la tropomiosina para exponer los sitios de unión a la miosina en las moléculas de
actina. Una vez que los sitios de unión están expuestos, las cabezas de miosina son capaces de interactuar con las moléculas de actina
y de formar puentes transversales, y los dos filamentos se deslizan uno sobre el otro.
Durante la contracción, el sarcómero y la banda I se acortan, mientras que la banda A permanece con la misma longitud. Para
mantener los miofilamentos en una longitud constante, el acortamiento del sarcómero debe ser causado por un incremento en la
superposición de los filamentos gruesos y delgados. Esta superposición es bien visible al comparar fotomicrografías electrónicas de
músculo contraído y músculo relajado. La banda H se estrecha, y los filamentos delgados penetran la banda H durante la contracción.
Estas observaciones indican que los filamentos delgados se deslizan sobre los filamentos gruesos durante la contracción.
PROTEINAS DE FIJACION
Para mantener la eficiencia y la velocidad de la contracción muscular, los filamentos delgados y gruesos en cada miofibrilla, deben
estar alineados y mantener una distancia unos de otros. Las proteínas accesorias son imprescindibles para ello. Estos componentes
estructurales, representan menos del 25 % de las proteínas totales de la fibra muscular.
Estas proteínas incluyen las siguientes:
o Titina, una proteína gigante, que abarca la mitad del sarcómero. Se extiende desde la línea Z y el filamento delgado en su terminal
N hacia el filamento grueso y la línea M en su terminal C. Entre los filamentos gruesos y delgados, dos porciones con forma de
resorte de esta proteína, contribuyen a centrar el filamento grueso en el medio de las dos líneas Z. Debido a la presencia de los
“resortes” moleculares, impide el estiramiento excesivo del sarcómero al desarrollar una fuerza de recuperación pasiva que
colabora con su acortamiento.
o α-actinina, una proteína fijadora de actina, bipolar, corta, forma de varilla, organiza los filamentos delgados en disposiciones
paralelas y los fija en la línea Z. Además, forma enlaces transversales con la terminal N de la titina incluida en la línea Z.
o Desmina, un tipo de filamento intermedio, forma una malla alrededor del sarcómero a la altura de las líneas Z, con lo que une
estos discos entre sí y a la membrana plasmática a través de la unión con la proteína anquirina y forma enlaces cruzados
estabilizadores entre las miofibrillas vecinas.
o Proteínas de la línea M, proteínas fijadoras de miosina que mantienen los filamentos gruesos en registro en la línea M y adhieren
las moléculas de titina a los filamentos gruesos. Incluyen la miomesina, proteína M, oscurina y una creatina fosfatasa muscular
(MM-CK) de 81 kDa.
o Proteína C fijadora de miosina (MyBP-C), contribuye al armado y estabilización normales de los filamentos gruesos. Forma varias
rayas transversales bien definidas en ambos lados de la línea M, que interacciona con las moléculas de titina.
o Distrofina, vincula la laminina, que reside en la lámina externa de la célula muscular, con los filamentos de actina. La falta de esta
proteína está asociada con la debilidad muscular progresiva, un trastorno de origen genético conocido como distrofia muscular
de Duchenne.
MUSCULO CARDIACO Y DISCOS INTERCALARES.
El músculo cardíaco tiene los mismos tipos y la misma organización de los filamentos contráctiles que el músculo esquelético. En
consecuencia, exhiben estriaciones transversales evidentes en cortes histológicos de rutina. Además, exhiben bandas cruzadas bien
teñidas, denominadas discos intercalares, que atraviesan las fibras de modo lineal o con frecuencia de una manera que recuerda las
contrahuellas en una.