El malestar
en la cultura
1.
En los seres humanos y sus acciones, de por medio hay desacuerdos entre el pensar
y el obrar, así como el acuerdo múltiple de sus mociones de deseo.
Religión: sentimiento presente en muchos seres humanos, de algo sin límites
“oceánico”, el cual es puramente subjetivo y es la fuente de la energía religiosa de
las diversas iglesias y sistemas de religión. Reconduce a una fase temprana del
sentimiento yoico ya que es una expresión de necesidad, por el desvalimiento
infantil y la añoranza del padre. Ser-uno con el todo.
Freud no encuentra en el un sentimiento semejante, por lo tanto considera que no
tenemos más certeza que el sentimiento de nuestro si-mismo, nuestro yo propio,
el cual aparece autónomo, pero sin embargo es un engaño, ya que se continua
hacia adentro sin frontera, en un ser anímico icc (ello) y al que sirve como fachada.
La patología da a conocer que los límites se trazan incorrectamente, ya que a veces
partes del cuerpo propio aparecen como ajenos y no pertenecientes al yo, y otras
veces se atribuye al mundo exterior lo que se generó dentro del yo.
El bebe no separa su yo del mundo exterior al nacer, aprende a hacerlo de a poco,
al descubrir las fuentes de excitación y las sensaciones vinculadas con sus órganos
corporales, mientras que otras se sustraen temporalmente y las recupera
reclamando (madre). Así contrapone por primera vez al yo un objeto como algo
exterior, y solo mediante una acción particular es forzado a aparecer. Un impulso
para reconocer un afuera, un mundo exterior, que proporciona múltiples
sensaciones de dolor y displacer. Que el principio de placer ordena evitar, así se
comienza a segregar del yo todo lo que pueda ocasionar displacer.
En el alma, es frecuente conservar lo primitivo junto a lo que nació de el por
transformación, esto es consecuencia de una escisión del desarrollo. Una porción
cuantitativa de una moción pulsional se conservó inmutada, mientras que otra
experimento un desarrollo. Todo se conserva de algún modo y puede ser traído a
la luz de nuevo en circunstancias apropiadas. En lo anímico es posible conservar
todos los estadios anteriores junto a la forma última. Lo pasado puede persistir
conservado en la vida anímica, no necesariamente se destruirá, es posible que
La vida resulta gravosa: nos trae dolores, desengaños, tareas insolubles. Para
soportarlas, hay diversos calmantes: distracciones que valúan nuestra miseria,
satisfacciones sustitutivas (arte. Ilusiones respecto de la realidad) que la reducen
y sustancias embriagadoras que nos vuelven insensibles a ellas.
Seres humanos quieren alcanzar la dicha, conseguir y mantener la felicidad. Esta
aspiración tiene dos metas: quieren la ausencia de dolor y displacer, y vivenciar
intensos sentimientos de placer, a esto último se refiere la dicha.
El programa del principio de placer es el que fija el fin de la vida. Gobierna desde
el comienzo en el aparato anímico. Lo que se llama “felicidad” sería entonces la
satisfacción repentina de necesidades retenidas, con alto grado de éxtasis. Si una
situación anhelada por el principio de placer perdura, se obtiene un sentimiento
de ligero bienestar, solo podemos gozar con intensidad el contraste.
Desdicha Sufrimiento, amenaza desde 3 lados: desde el cuerpo propio que
está destinado a la ruina y la disolución, de forma tal que no puede prescindir del
dolor y la angustia, desde el mundo exterior que puede abatir sus furias sobre
nosotros con fuerzas hiperpotentes y destructoras y desde los vínculos con otros
seres humanos.
Bajo la presión de estas posibilidades de sufrimiento, los seres humanos
atemperan sus exigencias de dicha tal como el propio principio de placer se
transformó, bajo el influjo del mundo exterior en el principio de realidad. No es
extraño que se consideren dichosos si escaparon a la desdicha, si salieron
indemnes del sufrimiento ni tampoco que la tarea de evitar ese relegue a un
segundo plano la de la ganancia de placer. Uno puede “ensayar” resolver esta
tarea por diversos caminos: una satisfacción: por ej. Buscar la soledad. Para
protegerse contra las penas que depare la sociedad de los hombres (dicha
=tranquilidad). Otro método, es la intoxicación, la presencia de sustancias
extrañas al cuerpo en la sangre procura sensaciones placenteras que alteran las
condiciones de nuestra vida sensitiva que nos vuelven incapaces de recibir
mociones de displacer.
Nuestra vida anímica normal presenta oscilaciones que van de mayor a menor
dificultad de desprendimiento de placer.
2.
En nuestro aparato anímico hay muchos influjos, así como la satisfacción
pulsional equivale a dicha, también es una causa del sufrimiento cuando el
mundo ext. Nos rehúsa la saciedad de nuestras necesidades. Interviniendo sobre
estas mociones, se pueden liberar de una parte del sufrimiento. Cuando se
renuncia a las pulsiones se resigna cualquier actividad para recuperar la dicha de
la tranquilidad, gobernando las instancias psíquicas más elevadas sometidas al
ppio de realidad. Así, se resigna el propósito de la satisfacción alcanzando una
protección del sufrimiento por el hecho de que la insatisfacción de las pulsiones
sometidas no se sentirá tan dolorosa como la de las no inhibidas.
Otra técnica de defensa contra el sufrimiento son los desplazamientos, traslada
las metas pulsionales de tal modo que no puedan ser alcanzadas por la
denegación del mundo exterior. Sublimación: ganancia de placer proveniente de
las fuentes de un trabajo psíquico e intelectual, produce saciar mociones
pulsionales primarias.
El programa que impone el ppio de placer, de ser felices, es irrealizable, pero no
es posible resignar todos los empeños por
acercarse de algún modo a su cumplimiento. Por
ello, hay diversos caminos: anteponer el contenido
positivo de la meta, la ganancia de placer, o su
contenido negativo, la evitación de displacer. Por
ninguno de ellos se alcanza lo que anhelamos.
3 era fuente: al analizarla, se cae en que gran
parte de la culpa por nuestra miseria la tiene la
cultura, es indudable que todo aquello con lo
cual intentamos protegernos de la amenaza
desde las fuentes de sufrimiento pertenece a
esta misma cultura.
Cultura: suma de operaciones y normas que
distancian nuestra vida de la de nuestros
antepasados animales, y que sirven a dos fines:
la protección del ser humano frente a la
naturaleza, y la regulación de los vínculos reciprocas entre los hombres.
“Culturales”: actividades y valores útiles para el ser humano en tanto ponen la
tierra a su servicio, lo protegen contra la violencia de las fuerzas naturales, etc.
3.
Fuentes de nuestro
penar:
-Hiperpotencia naturaleza
-Fragilidad corporal
-Insuficiencia normas que
regulan vínculos
recíprocos (flia, estado y
sociedad)
Con la ayuda de herramientas, el hombre perfecciona sus órganos o remueve los
límites. (Ej.: lentes, cámara, teléfono, etc.).
Exigencias a la cultura: belleza, naturaleza, limpieza, orden. En ningún otro rasgo
se distingue mejor a la cultura que en la estima y el cuidado dispensados a las
actividades psíquicas superiores, las tareas intelectuales, científicas y artísticas,
las ideas. Resorte de las actividades humanas: alcanzar dos metas: la utilidad y la
ganancia de placer. La presencia de los sistemas religiosos o filosóficos indica un
elevado nivel de cultura. Otro rasgo de la cultura, es el modo en que se reglan los
vínculos recíprocos entre los seres humanos: los vínculos sociales. La convivencia
humana es posible cuando el poder de la comunidad se contrapone al poder del
individuo, de este modo los miembros de la comunidad se limitan en sus
posibilidades de satisfacción.
El siguiente requisito cultural es la justicia, seguridad de que el orden jurídico ya
establecido no se quebrantara para favorecer a una persona. El resultado debería
ser un derecho al que todos hayan contribuido con el sacrificio de sus pulsiones
y en el cual nadie pueda resultar víctima de una violencia bruta.
Desarrollo cultural, proceso que abarca a toda la humanidad: alteraciones de las
disposiciones pulsionales. (Son consumidas reemplazándolas permitiendo que
emerja una propiedad de carácter. Ej.: erotismo anal, interés por la función
excretoria se trasmuda en el orden y la limpieza que son exigencias de la cultura,
resultando en el carácter anal). Otras pulsiones son movidas a desplazar las
condiciones de su satisfacción, a dirigirse por otros caminos (sublimación), rasgo
destacado del desarrollo cultural, que posibilita que actividades psíquicas
superiores tales como las científicas, artísticas e ideológicas desempeñen un
papel sustantivo en la vida cultural, este es un destino de pulsión forzado por la
cultura. En tercer lugar, la cultura se edifica sobre la renuncia de lo pulsional, se
basa precisamente en la no satisfacción (sofocación, represión) de las pulsiones.
4.
La convivencia de los seres humanos tuvo un fundamento doble desde la
prehistoria: la compulsión al trabajo (creada por el apremio exterior) y el poder
del amor (erótico, de reproducción y fraterno de meta inhibida, orientado a la
cooperación, ambos son extra familiares ya que establecen nuevas ligazones
afectivas con personas “extrañas”).
Se tiene derecho a suponer que hubo un retroceso en cuanto al valor de la vida
sexual como fuente de sensaciones de felicidad. Muchas veces se cree que no es
solo la presión de la cultura, sino algo que está en la esencia de la función misma,
lo que nos deniega la satisfacción plena y noes esfuerza por otros caminos.
5.
Las frustraciones (denegaciones) de la vida sexual desde la cultura no son
toleradas por los neuróticos, de esta forma en sus síntomas se crean
satisfacciones sustitutivas.
La cultura también pretende ligar entre a los miembros de la comunidad
libidinalmente, promueve caminos para establecer fuertes identificaciones entre
ellos, moviliza en la máxima proporción una libido de meta inhibida a fin de
fortalecer los lazos comunitarios mediante vínculos de amistad.
El ser humano no es un ser manso, amable, es licito atribuir a su dotación
pulsional una buena cuota de agresividad. Cuanto no están las fuerzas anímicas
contrarias que suelen inhibirla (pulsión de vida), se exterioriza espontáneamente
desenmascarando a los seres humanos como bestias salvajes que ni siquiera
respetan a los miembros de su propia especie. La existencia de esta inclinación
agresiva es lo que perturba nuestros vínculos y lleva a la cultura a realizar su gasto
de energía, buscando poner límites a las pulsiones agresivas para contener la
violencia de sus exteriorizaciones mediante formaciones psíquicas reactivas
(identificaciones, vínculos amorosos de meta inhibida, limitación de la vida
sexual, mandamiento de amar al prójimo como a si mismo).
Narcisismo de las pequeñas diferencias: agresión, exclusión hacia miembros de
una comunidad.
El hombre culto cambio un pedazo de posibilidad de dicha, por un trozo de
seguridad. El malestar proviene debido a que se renuncia la libertad de lo
pulsional para obtener seguridad.
Miseria psicológica de la masa: amenaza donde la ligazón social se establece
principalmente por identificación recíproca entre los participantes, mientras que
al mismo tiempo individuos que conducen no alcanzan la significación que les
correspondería en la formación de masa.
6.
Pulsiones de conservación del individuo: hambre, busca la conservación de la
especie.
Al comienzo se contrapusieron pulsiones yoicas y pulsiones de objeto (libido). La
pulsión de objeto, sádica, se destaca ya que su meta no es amorosa = pulsiones
yoicas libidinosas (narcisismo).
Pulsión opuesta a las yoicas, que pugnara por disolver esas unidades y
reconducirlas al estado inorgánico inicial. Pulsión de muerte, atenta contra los
otros y no a su si-mismo propio. Se exterioriza con masoquismo y sadismo.
La inclinación agresiva es una disposición pulsional autónoma y originaria del ser
humano, la cultura encuentra en ella su obstáculo más poderoso, por ello
constituye un proceso particular que abarca a la humanidad y sería un proceso al
servicio del Eros, que quiere reunir al servicio del Eros, que quiere reunir a los
individuos aislados, a las familias, a etnias, pueblos, naciones, en una gran unidad:
la humanidad.
Esas multitudes de s.h deben ser ligadas libidinosamente, a este programa
cultural se opone la pulsión agresiva natural la hostilidad de uno contra todos y
de todos contra uno. Esta pulsión de agresión es un retoño y el principal
subrogado de la pulsión de muerte que se descubrió junto al Eros. Esta lucha
entre Eros y Muerte, pulsión de vida y de destrucción se consuma en la especie
humana. Es el contenido esencial de la vida en general y por eso el desarrollo
cultural se puede caracterizar como la lucha por la vida de la especie humana.
7.
¿De qué medios se vale la cultura para inhibir las pulsiones de muerte?
La agresión es introyectada, interiorizada, de forma que se reenvía a su punto de
partida: vuelta al yo propio. Ahí es recogida por el superyó y como conciencia
moral ejerce contra el yo la misma severidad agresiva que el yo habría satisfecho
en otros individuos ajenos.
Conciencia de culpa: tensión entre el super severo y el yo sometido, se
exterioriza como necesidad de castigo. Angustia frente a la perdida de amor,
angustia social.
La cultura participa de este modo debilitando, desarmando y vigilando al
individuo mediante una instancia situada en su interior.
Lo malo no es lo dañino o perjudicial para el yo, puede serlo también lo anhelado,
se manifiesta entonces una influencia ajena, que determina que debe llamarse
malo y bueno. Si pierde el amor del otro de quien depende, queda desprotegido
frente a los peligros y principalmente al peligro de que este ser hiperpotente
muestre superioridad en forma de castigo. Lo malo sería entonces aquello por lo
cual uno es amenazado con la perdida de amor, y es preciso evitarlo por la
angustia frente a esa perdida. (Angustia, cc de culpa).
Cuando la autoridad se interioriza por la instauración de un superyó, los
fenómenos de conciencia moral se elevan a un nuevo estadio, más al fondo, de
esta forma se puede hablar de conciencia moral y sentimiento de culpa. Así
desaparece la angustia frente a la posibilidad de ser descubierto y el distingo
entre hacer el mal y quererlo.
Conciencia moral: se comporta con severidad y desconfianza, es vigilante.
Orígenes del sentimiento de culpa: 1) angustia frente a la autoridad (renunciar a
las satisfacciones pulsionales), 2) angustia frente al superyó. (Esfuerza al castigo,
no se puede ocultar ante el sy la persistencia de deseos prohibidos)
Sy: continuación de la severidad de la autoridad externa, relevada y sustituida por
ella.
La renuncia de lo pulsional es consecuencia de la angustia frente a la autoridad
externa, se renuncia a satisfacciones p/no
perder su amor, de este modo no hay
sentimiento de culpa. Pero frente al superyó,
la renuncia de lo pulsional no es suficiente ya
que el deseo persiste, y así sobreviene un
sentimiento de culpa y se forma la conciencia
moral (desdicha).
Al comienzo, la angustia que deviene conciencia moral es la causa de la renuncia
de lo pulsional. Cada renuncia de lo pulsional deviene una fuente dinámica de la
conciencia moral, cada nueva renuncia aumenta su severidad e intolerancia.
Cada fragmento de agresión cuya satisfacción nos
Abstenemos es asumido por el superyó y acrecienta su agresión contra el yo.
El amor participa en la nesis de la conciencia moral, y el sentimiento de culpa
(expresión del conflicto de ambivalencia, de lucha entre el eros y la pulsión de
1) Renuncia de lo pulsional como
resultado de la angustia frente a la
agresión de la autoridad ext. (Angustia
frente a la pérdida del amor)
2) Instauración de la autoridad interna,
renuncia de lo pulsional a consecuencia
de la angustia frente a ella (angustia de la
cc moral) igualación de mala acción y
propósito malo.
destrucción o muerte) es inevitable. En la cultura es necesario elevar el
sentimiento de culpa.
8.
Superyó: función conciencia moral, vigilar y enjuiciar las acciones y propósitos del
yo. El sentimiento de culpa, es la percepción deparada al yo de ser vigilado, la
apreciación de la tensión entre sus aspiraciones y los reclamos del superyó.
Frente a esa instancia critica, hay una necesidad de castigo, como exteriorización
pulsional del yo que devino masoquista bajo el influjo de un superyó sádico. (La
agresión se desplaza hacia el interior)
Desarrollo del individuo: meta principal es el programa del principio de placer,
conseguir una satisfacción dichosa. Integración en una comunidad humana:
condición evitable y que debe ser cumplida en el camino que lleva al logro de la
meta de dicha, el desarrollo individual es entonces el producto de interferencia
entre dos aspiraciones: el afán por alcanzar dicha y el de reunirse con los demás
en comunidad.
Proceso cultural: unidad a partir de los individuos humanos
El superyó de la cultura plasmo sus ideales y plantea sus reclamos: los que atañen
a los vínculos recíprocos se resumen bajo la “ética”: empeño de alcanzar por
mandamiento del superyó lo que hasta ese momento el restante trabajo cultural
no consiguió.
Máximo obstáculo que se opone a la cultura: la inclinación de los seres humanos
de agredirse.
La cuestión decisiva para el destino de la especie humana es si su desarrollo
cultural lograra dominar la perturbación de la convivencia que proviene de la
pulsión de agresión y auto aniquilamiento. Hoy los seres humanos llevaron
adelante su dominio sobre las fuerzas de la naturaleza que con su auxilio les
resultara fácil exterminarse mutuamente. Y ahora quedará esperar que el otro de
los dos “poderes celestiales”, el eros eterno, haga un esfuerzo para afianzarse en
la lucha contra su enemigo inmortal. ¿Pero quién puede prever el desenlace?
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