BIBLIOTECA CIENTlFICO-FlLOSÓFICA
CRIMINOLOGÍA
POR
JOSÉ INGENIEROS
Profesor en la Universidad de Buenos Aires.
Director del Instituto de Criminología.
Co>
MADRID
DANIEL JOKRO, EDITOR
CALLE DE LA PAZ, 23
1913
ES PROPIEDAD
hap.
do A Marzo, San Hennenecildo 33dupdo.—Teléfono I 977
ÍNDICE
pág».
PREFACIO
. 9
Cap I.—La formación natural
del
Derecho Penal
L
La
nueva Filosofía
del
Derecho
y el
Derecho Penal —II. Defi
nición natural
del
delito.
- HI
—Delincuencia natural
y De-
lincuencia juildica—IV
La
función social
del
Derecho
Pe-
nal.—V. Conclusiones.
. ... 13
Cap.
II.La crisis
de la
Legislación Penal contemporánea.
1.
La
«responsabilidad»
del
delincuente
en el
D3recho Penal.
II Imposibilidad
de
aplicar criterios científicos dentro
dei
Derecho vigente —III
Sus
peligros prácticos- temibilidad
do
los «irresponsables».—IV Otros peligros
la
«irresponsabili-
dad> a'egada
o
simulada.—V.
El
actual procedimiento penal
como causa
de
errores Judiciales,—VI Conclusioneb
45'
Cap.
111
—La Criminología.
1.
Primeros postulados
de la
criminología
- II.
Programa
de la
criminología.—III.
Las
causas
de la
cnminaiidad.—IV. Con-
cordancia entre
las
escuelas antropolf^gica
y
sociológica.
V Valor
de los
diversos factores
en la
determinación
del de-
lito
—VI
Conclusiones
... . . 8!
ÍNDICE
Cap.
IV. —Valor de la psicopatologia
en la antropología criminal.
El criterio moríoiogico en ei estudio de los aelincuentes.
II.
Valor secundario de los caracteres morfológicos.—III. Va-
lor especifico de los caracteres psicopatológicos.—IV. Con-
clusiones D5
Cap.
V.La inadaptación social de los delincuentes.
La formación natural do la personalidad social. -11. 1.a per-
sonalidad, el carácter \ la conducta.—III. Los caracteres
anormales y la conducta antisocial.—IV. La psicopatología
de los delincuentes.—V. Conclusiones 107
Cap.
VI. —Clasificación psicopatológica de los
delincuentes.
Sus fundamentos ctiuico» \ psicológicos.—II. Delincuentes por
anomalías morales.—III. Delincuentes por anomalías intelec-
tuales.—IV. Delincuentes por ancnalías volitivas. V. De-
lincuentes por anomalías psíquicas combinadas.—VI. Venta-
Jas y aplicaciones de esta clarificación.—Vil. Conclusiones . 125
Cap.
Vil.—El Derecho Penal en formación.
Los postulados teóricos del positivismo jurídico.—II. Latemi-
bilidad del delincuente y la defensa social.—III. Indeter-
minación e individualización de la pena: adaptasinn do ésta
á la temibilidad del delincuente.—IV. Aplicación de ambos
principios en el Derecho Penal en formación —V. Conclu-
siones 211
Cap.
VIH.Las nuevas bases de la defensa social.
Plan general de defensa social contra la delincuencia.
11.
Profilaxia y prevención de la criminalidad.—III. Reforma
y reeducación de los delincuentes.-IV. Plan de ori^anizacion
del sistema carcelario.—V. Establecimientos especiales.
VI.
Readaptación sociai de [os excarcelados.-VIÍ. Ccnclu-
slont's 241
«
INPICK :
Pigs.
Apéndice: Hechos clínicos ilustrativos del capitulo segundo.
I. Insuficiencia preventiva contra delincuentes peligrosos.
II.
Insuficiencia preventiva contra alienados peligrosos
III.
Anomalías mentales pretextadas por delincuentes peli-
grosos.—IV. Alienados delincuentes en libertad.—V. Alie-
naeiim simulada por delincuenies peligrosos.—VI. tírrores
judiciales en los alienados delincuentes —VII Abandono de
alienados peligrosos y delincuentes 271
Conclusiones sintéticas 379
Gap.
lll.—La Criminología.
I. Primeros postiiladob Je Id cnnuuología.—II. Programa d: la cri-
minología.—III. Lis causis de la erimiiialidad.—IV. Concordancia
entre las escuelas antropológica T, sociológica —V. Valor de los
diversos factores en la determinación del delito —VI. Conclusiones
1.—PRlMCROh I'OSIIIADOS DI L\ CRnilXOLOGTA
Pilputras se daba e-,ta defiíiieióii: «deliio es toda violación
del derecho», era imposible aplicar al estudio del Derecho Pe-
nal los nuevos métodos científicos. Fué necesario que el d"-
•'lito dejara de ser una abstracción jurídica \ se le considerase
•como nn hecho concreto, determinado por causas. Roniag-
nosi, anticipándose á las conclusiones de la sociología crimi-
nal,
había intentado reunir en tres grupos las causas del de-
Uto:
defectos de educación, defectos de subsistencia y defec-
tos de justicia. Quétélet expresó el mismo pensamiento ai
decir que los delincuentes se limitan á ejecutar los delitos
preparados por la sociedad.
Ija idea, aunque unilateral, ponía de relieve un aspecto
importante del problema. El otro aspecto fué evidenciado por
Xiombroso y su escuela : «hay que estudiar el delincuente y no
el delito», dijeron. Lo estudiaron, en efecto, pero ese estudio
les hizo descuidar el otro, comprometiendo la eficacia de toda
la doctrina.
, En la actvialidad la criminología ha combinado las doa
'opiniones unilaterales. El estudio científico del delito, con-
B2 CRIMINOLOGÍA
siderado objetivamente, obliga á considerarlo como una ma-
nifestación de la actividad del delincuente en sus relaciones
con el ambiente social.
La escuela clásica de Derecho Penal—cuyo espíritu cam-
pea en la legislación contemporáneai—considera el delito como
un simple hecho antijurídico; no atribuye importancia á las
condiciones orgánicas y mesológicas que contribuyen á su
determinación. El delito aparece como una entidad abstracta,
independiente de todo determinismo, susceptible de ser cas-
tigado como expresión de la maldad intencional del delin-
cuente ; la pena está proporcionada á la gravedad de los efec-
tos del delito y á ¡a apreciación caprichosa de las intenciones
del que lo comete, prescindiendo, en su ponderación, del va-
lor de las causas determinantes, especiales en cada caso. En
suma: la escuela penal clásica establece categorías desiguales
de delitos y considera que los delincuentes están dotados de
libre albedrío y responsabilidad.
Para ella poco significan, jurídicamente, la diversidad de
las condiciones del medio donde se comete el delito, ni la
particular constitución fisiopsíquica de cada delincuente.
Si alguna vez la escuela penal clásica intenta considerar
los caracteres fisiopsíquicos individuales, lo hace de manera
parcial é incompleta-, partiendo de peligrosos principios, que
convierten en causa de relativa impunidad los motivos que
impondrían aplicar con mayor severidad los medios de de-
fensa social (delincuentes locos, impulsivos, alcoholistas con-
suetudinarios, ptc).
Tal criterio no podía seguir rigiendo la ciencia penal en
una época en que todas las disciplinas biológicas y sociológi-
cas son regeneradas por las nociones fundamentales del evo-
lucionismo y del determinismo. Era inevitable que de las
yiejas doctrinas, fundadas en la especulación pura, se evolu-
cionara hacia nuevos criterios, cimentados en la observación
directa de los hechos y en el estudio de sus condiciones de-
terminantes.
Tjas modernas investigaciones científicas enseñaron que
POSTULADOS DB LA CEIMINOLOGÍA 8á
las condiciones del medio físico ó cósmico influyen de una
manera indudable en la determinación del fenómeno delic-
tuoso.
Demostraron que las condiciones del medio social im-
pulsan, en muchos casos, al hombre hacia el delito. Por fin,
evidenciaron que no existen dos individuos cuya constitu-
ción fisiopsíquica sea idéntica ; esis desigualdades hacen que la
acción de causas análogas se traduzca por reacciones distin-
tas en cada individuo, con independencia absoluta de su «li-
bre albedrío», á punto de que un sujeto debe reaccionar en
Mentido delic'tuoso mientras otro en iguales circunstancias
we ve (orzado á mantenerse honesto.
Así el Derecho Penal ascendió á una nueva vida,s in-
tensa y fecunda. Ya en medicina se habla conquistado la
noción fundamental de que no hay enfermedades, sino en-
fermos ; en criminología pudo afirmarse que no hay delitos,
sino delincuentes. Y así como el médico verdadero no tiene
panaceas infalibles para cada enfermedad, mas adapta de una
manera especial sus medios teraY)éuticos á cada uno de sus
enfermos, considerando su temperamento y las circunstan-
i-ns que rodean á la enfermedad, el criminalista sabe que en
rada caso debe hacerse un estudio especial y no aplicar sola-
mente una fórmula apriorista del Código.
De este modo nació la nueva concepción del delito, apli-
cando á su estudio las leglas del método científico y creando
la moderna criminología. Esa resíauración fué obra, en gran
parte, de Dombroso y sus discípulos de la «Escuela Positi-
va» (1).
(1) Nuestras notorias disidencias con la «Escuela», enunciadas
desde 1900 y mantenidas en todos nuestros escritos posteriores, se
lian desenvuelto dentro de la misma orientación filosófica y juridica,
fiirando en torno de tres cuestiones principales:
1.*
Plan y programa de la eriminologia.
2 ^ Preeminencia de la psicología criminal sobre la moIorlo¿la
criminal.
3.''
Clasificación psioopatológica de los delincuentes.
Nuestro plan es ya corriente en todos los tratadistas ; la tendencia
psicológica predomina ya sobre la morfológica, y algunos autores
t« llaman «escuela argentina»; nuestra clasificación, que fu¿ la pri-
7nera de su género, ha sido tomada como modelo para otras postí--
rióres.
(Véanse los caps. TIT, IV y V.)
84 ( rjMTN01,0(1 í\
II.'
PROORAMA. 1)K LA ORTMTNOLOGÍ'V
Hasta ahora los estudios de cnininología han pasado por
el período de formación evolutiva; y es lógico que, en una
ciencia no bien organizada todavía, no se haya llegado á las
síntesis definitivas.
Pero cabe obseivar que no siempre se ha dado la ini|)or-
tancia merecida al método de estudio.
1
¡a mayor parte de las
obras fundamentales sobre esia ciencia carecen de un plan
claro de la materia estudiada, que sóio puede ser la resultante
de la compresión global del conjunto.
Es posible, sin embargo, esbozai un programa sintético
de la criminología. El méiodo positivo general, aplicado al
estudio particular de los fenómenos de la patología humana
ó social, enseña que debe estudiárselos desde tres puntos de
vista principales: sus causas, sus manifestaciones, su trata-
miento.
Según ese principio, cuya aplicación sistemática había
escapado á los criminólogos, tenemos tres campos de estudio :
1."
«Etiología criminal» : estudia las causas determi-
nantes de los delitos. En lugar de presuponer el «libre albe-
drío» del delincuente, busca el «determinismo» de su acto
antisocial: en su constitución orgánica y en las condiciones
del ambiente en que vive.
2.° «Clínica criníinológica» : estudia las múltiples for-
mas en que se manifiestan los actos delictuosos y los carat
teres fisiopsíquicos de los delinouenles. No trata de establece
la «responsabilidad» del delincuente, sino de fijar su grado d-
«temibilidad» según el peligro que pueda resultar de su con
vivencia en la sociedad.
8." «Terapéutica criminal» : estudia las medidas, so
cíales ó individualizadas, de profilaxia ó de represión del de
J';iO(.iiAJI\ DE L\
C
[UMINOLOni \ 85
lito;
no tiata de «castigar» al delincuente, suponiéndole libre
de preferir el mal al bien, sino que 'procura asegurar la «de-
fensa social» contra su actividad morbosa, mediante institu-
ciones preventivas y la segregación en establecimientos apro-
piados á los diversos casos (1).
Planteada en esta nueva forma, sintética y clara, quedan
perfectamenle coordinados en un plan de conjunto las diver-
sas ramas de la criminología, desapareciendo las causas de
confusión que pesaban sobre los estudios de Derecho Penal,
lal como los planteaba la escuela clásica. Ella, en efecto, pro-
poníase hacer simple «terapéutica» (y aun en esto marchaba
bajo el peso del errado criterio de la «culpa» y del «castigo»),
con omisión de lodo estudio relativo á la «etiología» y la «cli-
(1) Este plau osquomátioo fué publicado en Enero de 1902 oii
los Archivos de Psiqíiiaíria y Criminología, do Buenos Aires. El pro-
fesor Alfredo Nicóforo, al inaugurar algunos meses después sus lec-
ciones en la Universidad de Lausana, nos hizo el honor de adoptarlo,
con muy levjs modificaciones.
El profesor Constancio Bernaldo de Quirós, al traducir al caste-
llano el trábalo do Nicéforoj dice : «En él, Nicóforo viene á repetir
fundara pntalm
"-inte
el plan de la criminología presentado en sus pri-
meras loocáoncs de Lausana, análogo al de otros eriminologistas, In-
í'i'gnieros, por ejemplo» (pág. 13), Y en una larga nota, donde trans-
I ribe nuestro plan y "1 adoptado posteriormente por Nicéíoro, agrega :
riay entre ambos cuadros un parecido evidente. Aunque los nota-
bros sean' distintos («Sociologfa criminal» para ol uno y «Crimino-
logia» para el otro) os la misma cijncia, con las mismas tros partes
ilistintas : las causas del delito, el juicio sobre ol delincuente y el
(ratamionto de ésto. Nicéforo, que es un sociólogo, ha titulado estas
|iartes con nombrí'S sociológicos. Ingognieros, que es un alienista,
usa los tecnicismos médicos : etiología, clínica y terapéutica.
«En los dos escritores adquiere la parte primera mayor desarrollo.
Níioéforo sigu-> la división tripartita de las causas del delito que usan
los italianos desde que Ferri las distinguiera: ol organismo indi-
vidual, el medio atmosférico y el ambiento social. Ingognieros se
atiene á la deducción bimembre do los alemanes : lo endógeno, lo
Ulterior (Antropología), y lo exógeno, lo exterior, el medio (Meso-
logia).
«En general, hay mayor sencillez y exactitud en el plan de Ingog-
nieros, que acierta hasta en el nombre de la ciencia : no hay, en
I íecto. Sociología criminal, ni honrada, etc. ; en lo que Nicéforo se
ha rectificado después, llamándola «Criminología».—Constancio Ber-
naldo de Quirós : Introducción al libro Ouia para el estudio y en-
eTianaa de la criminología, por Alfredo Nicéforo, Madrid, 1903.
Posteriormente ha sido adoptado, con muy ligeras variantes de
lorma ó nomenclatura, por numerosos autores.
INSTITUTO DE CRIMINOLOGÍA
Dirigido por el Profesor lU'aSGlTIEHOS
PEMTCNCIARIA MCIONAI, DE BVEMS AJRES
I PROGRAMA DE
LA
CRIMINOLOGÍA
r
ETIOLOGÍA
CLÍNICA
i
íEeAPÉÜIlCA
V_ OELITO
-sssEstudia los facieres
determinantes de los
delitos.
( ^ssEstiidia la forma de loa
delitos y los caracteres
de los delincuentes, deter-
minando su grado de in-
adaplabilidad social ó de
*v.
lemibilidad individual.
/ -=Estudia las medidas pre-
ventivas y la org-anizacióii
/ de las instituciones necesa-
rias para la defensa social
contra los delincuentes.
ruOOKAUV DB LA CRIMINOLOGI\ «7
Qica». íáus Códigos aprioiistas hacen el efecto de los formula-
rios médicos que figuran en los almanaques: primero el nom-
bre de una enfermedad y á continuación la dosis de un medi-
camento. Así el Código: tal delito, tal pena.
¿Qué se pensaría de un médico que pretendiera recetar á
sus pacientes sin averiguar la causa de su enfermedad y sm
estudiar la evolución clínica de la misma? ¿Y de un ingeniero
que levantara un edificio ignorando la constitución del suelo
sobre el cual lo levanta y sin calcular la resistencia de los ma-
teriales empleados? El mismo criterio puede aplicarse para
juzgar las disposiciones del Derecho Penal vigente.
III.—-LAS CAUSAS DE LA CRIMINALIDAD
Los factores que convergen á la determinación del fenó-
meno delictuoso fueron divididos en dos grandes categorías.
1.° Factores «endógenos», biológicos, propios de la cons-
titución fisiopsíquica de los delincuentes.
2.° Factores «exógenos», mesológicos, propios del me-
dio en que actúa el delincuente.
Los primeros se manifiestan poi modalidades especiales
de la conformación morfológica y del funcionamiento psíquico
de los delincuentes. Los segundos son relativos á las condi-
ciones del ambiente físico ó del ambiente social.
El estudio de los factores biplógicos constituye la «antro-
pología criminal». Compiende dos partes vinculadas entre
y recíprocamente subordinadas : la «morfología» criminal, que
estudia los caracteres morfológicos de los delincuentes, y la
«psicopatología» criminal, que estudia sus anormalidades psí-
quicas.
Los factores externos ó exógenos, constituyen la «meso-
logia» criminal. Comprende, á su vez, dos partes: la «socio-
logía» criminal, que estudia los factores sociales del delito, y
INSTITUTO DE CRIMINOLOGÍA
Birigiáo por el Profesor nfGEGSTIEHOS
PINITEPiClARÍA Ummi
M
BUENOS AIKES
ll-FÍCTflfiES OEÍERiINiíES
DEL
OELlífl
í HTiPELÍGlIl
cas.
mi3s ilel delincuente
[IlOLOSÍJl,
EIÜL
Psieopaíoíog-ía criminal-
Eslutlia Ia9> anoriualidadc»
funeionalea eu 4a p^iquí» del
deliacaeate.
Mitfiolog^íá críujinaI-Esiu«na
la» anomaliías piorlblógicas de
los delincuente».
^ Sociología criminal-Estudia
las causas propias del anibienle
flESOLOGll
CeiilflIiL
<
sociai.
Meteorolog-ta criminal-
Estudia las eansas propias del
ambiente fisico.
CAUSAS DB LA CRIMINALIDAD 89
la «meteorología» criminal, que estudia sus factores meteoro-
lógicos, llamados también físicos, naturales ó telúricos-
En todos los manuales puede encontrarse la enumeración
analítica de los diversos factores del delito, que es innecesario
repetir aquí.
Lo's autores que llaman á la ciencia del delito «antropolo-
a criminal» ó «sociología criminal» cometen un error de
importancia, llamando al todo con el nombre de una parte
de la «etiología criminal». Y, aunque sea error de nombre,
justo es corregirlo ; máxime tratándose de una rama científica
nueva, que por encontrarse en su periodo de formación ha
sido objeto de tantas y tan lamentables confusiones. Hora
es ya de introducir en ella el método y la claridad, dando á
cada término su verdadera significación.
En conjunto debe ser llamada, simplemente, «criminolo-
gía» : ciencia del delito, como la llamó Garófalo
IV.—CONCORDANCIA ENTRE LAS ESCUELAS ANTROPOLÓGICA
Y SOCIOLÓGICA
Desde los comienzos de la criminología señaláronse en su
literatura científica dos tendencias diversas: la una quiso
atribuir toda la etiología á los factores antropológicos ; la otra
quiso atribuirla, casi exclusivamente, á los sociales.
Lia escuela antropológica, conocida por escuela italiana,
fué en su primera época un tanto unilateral, atribuyendo es-
casa importancia á los factores sociales. Frente á ella na-
ció—también en Italia—la tendencia sociológica, siguiendo
las huellas de Romagnosi y concretándose en la obra exce-
lente de Colajanni.s tarde alcanzó gran auge en Erancia,
donde se la titula escuela francesa, siendo enriquecida por los
valiosos estudios de Laccassagne, Topinard y sus discípulos.
En realidad los franceses comenzaron por la segunda eta-
6
90 CEIMINOLOGÍA
pa de la criminología italiana, dedicándose á criticar su pii-
mera época, cuando ya los italianos comenzaban á salir de
ella. Es indudable que en los primeros estudios de la escuela
italiana se exageró la importancia de los factores antropoló-
gicos;
pero, en resumidas cuentas, fué una exageración útil,
por cuanto la gran videncia científica de Lombroso y de su
escuela consistió, precisamente, en demostrar que los deim-
cuentes desarrollan una actividad anormal, desde el doble
punto de vista psicológico y sociológico. Pero bien pronto,
en Italia misma, la crítica fué puliendo el concepto primitivo,
y la escuela italiana consagró definitivamente—^por medio de
Ferri—la existencia de tres clases de factores en la etiología
del delito : antropológicos, físicos y sociales, Esta es la se
gunda etapa de la escuela positiva italiana.
La escuela francesa, por su parte ha seguido comentando
inexactamente á la italiana, para justificar su pretensión de
constituir escuela aparte; sigue imputándole una tendencia
exclusivista en sentido antropológico, que tuvo al nacer, pero
de !a cual ha salido hace mucho tiempo. Por otra parte, su
deseo de diferenciarse le hace exagerar sus propias convic-
ciones, dando á los factores sociales un valor excesivo y ami-
norando el de los antropológicos, que nunca se ha atrevido
á desconocer por completo.
Para el estudioso que observa serenamente la cuestión,
ao hay, entre ambas escuelas, ninguna disidencia de fondo,
y puramente nominal. Ambas reconocen la coexistencia
de las dos clases de factores en la etiología del delito ; la cues
tión podría ser des ó de menos-
En resumen: esa diferencia de escuelas ess nominal
que efectiva. No podría ser de otro modo. En la discusión
abstracta de los penalistas clásicos podía haber doctrinas
opuestas, fundadas en la diversa interpretación subjetiva da
cada autor; pero en el estudio científico del delito, que debe
ser la comprobación exacta de sus causas y manifestaciones,
no caben dos criterios: cuantos estudien un mismo fenómeno
están obligados á llegar á idénticas conclusiones.

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