HISTORIA DE LA ODONTOLOGÍA
Cátedra Introducción a la Odontología – Facultad de Medicina – UCC 14
ojo de su sirviente, o el ojo de su criada, causando su pérdida, deberá darles la libertad por el ojo
perdido. Y si le rompe un diente a su sirviente o a su criada, deberá liberarlos por el diente roto”
(Éxodo 21:23-27). Sin duda, los primeros hebreos consideraban importante la pérdida de un
diente, ya que un sirviente herido debía ser puesto en libertad para compensar tal ofensa.
Resulta sorprendente que los hebreos no practicaran ningún tipo de terapéutica odontológica,
restauradora o quirúrgica; en cambio, según el Talmud, utilizaban los servicios de médicos fenicios
o griegos, que habían desarrollado el cuidado dental, alcanzando un alto grado de perfección.
En el Talmud aparecen muchas referencias a la Medicina, casi siempre para señalar algún
aspecto religioso
Existían determinados artesanos denominados “nagras”, quienes eran los encargados de fabricar
los dientes y coronas artificiales. El Talmud es rico en alusiones a tratamientos supuestamente
eficaces para remediar y prevenir problemas orales. Se aconsejaba no tomar demasiado vinagre,
ya que era dañino para el diente como el humo lo es para los ojos; sin embargo, si las encías
presentaban heridas, se recomendaba el vino. Los jugos de frutas ácidos se consideraban
buenos para el dolor de muelas e inofensivos para los dientes sanos. Las extracciones dentales
eran temidas por los antiguos judíos, tanto como por sus contemporáneos gentiles. Una sección
del Talmud advierte: “No adquieras el hábito de tomar medicinas; no las tomes en grandes dosis;
evita que te extraigan un diente”.
Grecia
Los orígenes de la cultura griega clásica se sitúan en el desplazamiento de los aqueos, primeros
habitantes de Grecia, que habían desarrollado una importante civilización durante la Edad de
Bronce en Creta. Hacia principios del siglo VI a.C., los griegos habían desarrollado un extenso
sistema filosófico de pensamiento, del cual nacieron las Ciencias Naturales y la Medicina, que a
mediados del siglo V aC alcanzaron su mayor apogeo. La Medicina griega está íntimamente
unida a la Medicina sacerdotal, basada en el culto de Asclepio.
Hipócrates (460-370 aC)
Es considerado el padre de la medicina. Practicó y enseñó el tratamiento que se basaba en la
cuidadosa observación del paciente, en un intento, si bien primitivo, de tratar los problemas
observados de forma racional. Compiló de manera ordenada todos los conocimientos médicos
adquiridos hasta su época, generalmente heredados de la medicina egipcia. Su obra principal
fue “El libro de los pronósticos”, libros relativos a las enfermedades epidémicas. Fue él quien
describió la respuesta más generalizada del organismo ante cualquier agresión, es decir la
inflamación (rubor, tumor, calor y dolor) y los preceptos éticos con respecto al comportamiento
médico. El principio máximo era “Apoyar siempre la acción curativa de la naturaleza, sin
obstaculizarla jamás”. Practicaba el arte de producir inconsciencia oprimiendo las arterias
carótidas: el nombre “carótida” proviene del griego karoun, que significa “sueño pesado”.
Para explicar los estados de enfermedad y salud, Hipócrates postuló la existencia de cuatro
fluídos principales en el cuerpo, los humores cardinales: sangre, flema, bilis negra y bilis amarilla.
También postuló la existencia de cuatro estados elementales: el frío, el calor, la sequedad y la
humedad, y que la salud consistía en el equilibrio entre estos humores y cualidades. El
desequilibrio de este balance natural producía como resultado, la enfermedad.