Osemos por eso, en corregir el enunciado de Trotter de que el ser humano es un
animal gregario, es más bien un animal de horda,
el miembro de una horda dirigida por un
jefe.
10) La masa y la horda primordial
Darwin → la forma primordial de la sociedad humana fue la de una horda gobernada
despóticamente por un macho fuerte.
Los destinos de esta horda han dejado huellas indestructibles en el linaje de sus herederos;
en particular, que el desarrollo del totemismo, que incluye en sí los comienzos de la religión,
la eticidad y la estratificación social, se entrama con el violento asesinato del jefe y la
transformación de la horda paterna en una comunidad de hermanos.
Las masas humanas vuelven a mostrarnos la imagen familiar del individuo
hiperfuerte en medio de una cuadrilla de compañeros iguales, esa misma imagen contenida
en nuestra representación de la horda primordial.
Así como el hombre primordial se conserva virtualmente en cada individuo, la horda
primordial se restablece a partir de una multitud cualquiera de seres humanos
. La psicología
de la masa es la psicología más antigua del ser humano, lo que hemos aislado como
psicología individual, dejando de lado todos los restos de masa, se perfiló más tarde,
parcialmente a partir de la antigua psicología de masa.
La psicología individual tiene que ser por lo menos tan antigua como la psicología de
masa, pues desde el comienzo hubo dos psicologías: la de los individuos de la masa y la
del padre, jefe, conductor.
Los individuos estaban ligados del mismo modo que los hallamos
hoy, pero el padre de la horda primordial era libre. Suponemos que el yo del padre estaba
poco ligado libidinosamente, no amaba a nadie fuera de sí mismo, y amaba a los otros sólo
en medida en que servían a sus necesidades.
El padre de la hora no era todavía inmortal, como pasó a serlo más tarde por la
divinización. Cuando moría debía ser sustituido, lo realizaba un hijo más joven que hasta
entonces había sido individuo-masa. Por lo tanto, tuvo que existir la posibilidad de
transformar la psicología de masa en psicología individual. El padre primordial había
impedido que sus hijos satisficieran sus aspiraciones sexuales directas; los compelió a la
abstinencia, y por consiguiente a establecer ligazones afectivas con él y entre ellos,
ligazones que podían brotar de las aspiraciones de meta sexual inhibida.
Al que fue su continuador, se le abrió también la posibilidad de la satisfacción sexual
y la de salir de las condiciones de la psicología de la más. La fijación de la libido a la
hembra, la posibilidad de satisfacerse sin dilación y sin almacenamiento, pusieron fin a la
significatividad de las aspiraciones sexuales de meta inhibida e hicieron que el narcisismo
fuera incrementado en esa misma medida.
Fernenczi (1909) descubrió que la orden de dormir, usada a menudo para producir la
hipnosis, hace que el hipnotizador ocupe el lugar de los padres. Creyó distinguir dos clases
de hipnosis:
una zalamera y apaciguadora, que atribuyó al modelo materno, y una
amenazadora, que imputó al padre.
El carácter ominoso y compulsivo de la formación de masa, que sale a la luz en sus
fenómenos sugestivos, puede reconducirse entonces con todo derecho hasta la horda