También aclara que esto ICC DEL YO no es latente en el sentido del PRCC, pues si así
fuera no podría ser activado sin devenir CC y el hacerlo conciente no depararía
dificultades tan grandes.
Por último, Freud establece que estos discernimientos dieron lugar a que en la teoría
psicoanalítica se conciba un TERCER ICC-NO REPRIMIDO, LO CUAL DA A LUGAR
A QUE EL CARÁCTER DE LA INCONCIENCIA PIERDA SIGNIFICATIVIDAD.
PASA A SER UNA CUALIDAD MULTIVOCA.
CAPITULO II – EL YO Y EL ELLO
Desarrollos introductorios
La distinción entre Cc- Prcc- Icc no basta para explicar diferentes situaciones a la que nos enfrenta la
práctica del psicoanálisis.
La diferencia efectiva entre una representación (un pensamiento) Icc y una Prcc. La conexión con las
representaciones-palabra.
Lo visto y lo oído: los restos de palabra provienen, en lo esencial, de percepciones acústicas y visuales
La serie placer - displacer. Un otro cuantitativo - cualitativo.
Las sensaciones y sentimientos sólo devienen concientes de manera directa al alcanzar el sistema P. Las
sensaciones, aun cuando se liguen a representaciones – palabra, no deben a ellas su devenir conciente.
El problema del dolor. El carácter esforzante de las sensaciones displacenteras, la tendencia a la
descarga (articular con cap. IV de “Más allá...”).
La autocrítica y la conciencia moral pueden ser inconcientes y, como tales, exteriorizar efectos importantes
(ver final del capítulo 2).
YO
En el comienzo del capítulo, Freud considera que a raiz del hallazgo de que también el YO
puede ser inconciente en el sentido genuino, se propone averiguar más acerca de esta
instancia psíquica.
En primer lugar, propone edificar una representación del YO, compuesto por el Sistema P
(percepción) y por el sistema Prcc, el cual se apuntala en restos mnémicos.
Luego agrega que lo que conocemos como YO se comporta en la vida de manera
esencialmente pasiva y que, según una expresión de Groddeck, somos “vividos por
poderes ignotos e ingobernables”.
Luego define al YO como a la esencia que parte del sistema de la percepción y que es
primero preconciente, y denomina ELLO al “otro psíquico, un otro cuantitativo-cualitativo” *
en el cual el YO se continua y se comporta como Icc.
*lo que deviene conciente como placer-displacer (serie) en el decurso anímico.
De esta manera, el individuo puede concebirse en el psicoanálisis como un ELLO
PSIQUICO, NO DISCERNIDO E INCONCIENTE, sobre el cual se ASIENTA EL YO, a
modo de superficie, desarrollado desde el sistema de la percepción como si fuera su
núcleo.
El YO es la PARTE DEL ELLO ALTERADA POR LA INFLUENCIA DIRECTA DEL MUNDO
EXTERIOR, con mediación del sistema P y la Cc.
Además, se empeña en hacer valer sobre el ELLO el INFLUJO DEL MUNDO EXTERIOR,
así como sus propósitos propios.
Una de sus principales tareas es intentar REMPLAZAR EL PRINCIPIO DE PLACER QUE
RIGE EXTRICTAMENTE EN EL ELLO, por el PRINCIPIO DE REALIDAD.