que conocen y saben. Todas las personas en estas circunstancias necesitan, en
primer lugar, un refugio seguro, de forma que puedan retirarse para empezar el
trabajo de reparación necesario en el barco de sus vidas. Cuando se han
acostumbrado de nuevo al movimiento del barco y han recuperado su confianza
para volver a navegar en el océano de su experiencia, las personas tienen que
empezar la completa y desafiante tarea de trazar el mapa de sus recuperaciones.
Esta metáfora ilustra muchos de los elementos de la crisis psiquiátrica y las
respuestas necesarias a esta situación humana difícil.
Tempestades es una metáfora para los problemas de la vida; piratería evoca la
experiencia de una violación o asalto del yo que puede producir un distrés grave.
Muchos usuarios describen la naturaleza arrolladora de la experiencia del distrés
como algo parecido a ahogarse y, con frecuencia, acaba en un naufragio metafórico
en las costas de una unidad psiquiátrica de pacientes agudos. Un rescate
psiquiátrico adecuado debe parecerse a un salvavidas, y debería llevar a la persona
a un puerto seguro donde pueda realizarse el trabajo de reparación humana
necesario.
La enfermedad mental desautoriza, y las personas que presentan cualquiera de las
miles de amenazas a sus identidades personales o sociales, comúnmente
denominadas enfermedad mental o problemas de salud mental, experimentan una
amenaza que los hace humanamente vulnerables. Sin embargo, muchas personas
están lo bastante sanas como para poder actuar por sí mismas e influir
constructivamente en el sentido de sus vidas. La recuperación es posible, y las
personas tienen los recursos personales e interpersonales que permiten su proceso
de recuperación.
El modelo de la marea destaca la importancia central de: desarrollar el conocimiento
de las necesidades de la persona a través de un trabajo en colaboración, desarrollar
una relación terapéutica a través de métodos diferenciados de delegación de poder
activo, establecer la enfermería como un elemento educativo en el centro de la
intervención interdisciplinaria y la búsqueda de soluciones, resolución de problemas
y promoción de la salud mental a través de intervenciones narrativas.
El trabajo de la enfermera comienza construyendo un puente entre la persona y ella,
de forma creativa, para llegar a la persona cruzando las aguas turbias del distrés
mental en el proceso. Y el potencial para recrear, reescribirlo o reconstruir la historia
con personas asistidas radica en el diálogo. Disfrutando con las infinitas
posibilidades del diálogo interpersonal, se descubren las experiencias de sus
propias vidas, con fortalezas y recursos (no tanto centrado en los problemas), pero
que pueden necesitar ser descubiertos. Entramos en la búsqueda de la historia
personal y ayudamos a crear una narrativa coherente, respetuosa con el lenguaje
diario, el lenguaje natural de la persona. La persona incluye quién es, cuál ha sido
su experiencia, qué necesita la persona de la enfermera y cómo progresar a través
de su historia y crear una historia de recuperación.
Una característica definitoria de este modelo es el énfasis en la narrativa de la
persona a través de su propia voz.