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El ser humano modifica los ecosistemas, los pone en peligro y los destruye. A su
vez, los ecosistemas influyen con intensidad sobre la especie humana. Por lo tanto,
es valioso el estudio no sólo de las relaciones naturales que existen en los
ecosistemas sino también de las relaciones entre éstos y el ser humano.
El conocimiento que esta ciencia proporciona es esencial para tomar decisiones
y forjar instrumentos de política ambiental. Pero ello solo no explica la difusión y la
extensión que han adquirido últimamente el término ecología y sus derivados,
"ecológicos" y "ecologismo".
Etimológicamente, el término "ecología" se integra con las voces griegas oykos,
que significa casa, y logos, que significa estudio o tratado, lo que podría interpretarse
extensivamente como estudio de la Tierra. En este orden de ideas se la suele usar
como antónimo de la expresión economía, para destacar que, mientras esta última
es la ciencia de la creación y acumulación de riqueza, aquélla sería la ciencia del
mantenimiento del equilibrio natural.
El uso frecuente de sus derivados "ecológico" como sinónimo de "ambiental" y
"ecologismo" de "ambientalismo" le da una acepción más extensa de la que
propusiera Haeckel cuando definió la ecología. La literatura y la prensa ambiental
han difundido su uso como ciencia del ambiente por excelencia.
El adjetivo "ecológico" fue capturado por los ambientalistas para darle un sentido
combativo en defensa del ambiente que postula un retorno a la vida natural, una
alimentación, higiene y vestimenta basadas en elementos de la naturaleza y hasta
un replanteo ético y político de la conducta humana
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Capitalizando la explosión del interés por lo ambiental surgieron partidos
"verdes". Si bien el contenido ético de su propuesta singular suele darles un
repentino avance electoral, no les dura mucho, posiblemente porque su propuesta
limitada a lo ambiental no puede competir con la más integral de los partidos políticos
tradicionales que, por su parte, se cuidaron bien de incorporar la variable ambiental
a su propuesta tradicional y hacerla así todavía más completa.
La ecología no es la ciencia del ambiente sino una ciencia auxiliar con un
contenido específico, muy valiosa para el diagnóstico y pronóstico ambiental.
4. Elementos del ambiente
El ambiente no es una mera suma de elementos sino un sistema integrado que
tiene un punto natural de equilibrio. El hombre integra ese sistema y soporta
separadamente la influencia de cada uno de esos componentes, influencia que
registra distinta intensidad y oportunidad según el elemento. A nivel de gobierno se
refleja en la política y en el derecho.
Los elementos más característicos de ese sistema integrado son:
a) el espacio en sí, como continente de los objetos sensibles y la parte de este
continente que ocupa cada uno de ellos. Abarca todos los elementos del ambiente.
También lo integra el espacio exterior. Así se transmiten por el espacio ondas, como
las sonoras, las luminosas, las calóricas, las de radio y las de televisión. El ser
humano compite por su uso y cuando éste es desordenado, causa interferencias
que pueden perjudicar a terceros;
b) la Tierra, que sustenta y se integra con los demás elementos ambientales
cuyos restos la alimentan y a veces la dañan. El ser humano la acondiciona y