Criminología. José Ingenieros
Escuela clásica de Derecho penal Delito: simple hecho antijurídico. Entidad
abstracta, independiente de todo determinismo, susceptible de ser castigado como
expresión de la maldad intencional del delincuente; la pena esta proporcionada a la
gravedad de los efectos del delito, prescindiendo, del valor de las causas determinantes
en cada caso. Los delincuentes están dotados de libre albedrio y responsabilidad.
En esta concepción nada significan, la diversidad de las condiciones del medio donde se
comete el delito, ni la particular constitución fisiopsíquica de cada delincuente y que en
caso de considerar éstos caracteres lo hace de manera parcial o incompleta.
Este criterio no podía seguir rigiendo la ciencia penal en una época en que todas las
disciplinas biológicas y sociológicas son regeneradas por las nociones fundamentales del
evolucionismo y el determinismo, era inevitable que las viejas doctrinas, se evolucionaran
hacia nuevos criterios.
Las modernas investigaciones científicas enseñaron que las condiciones del medio físico
o cósmico influyen de una manera indudable en la determinación del fenómeno
delictuoso. Estas investigaciones demostraron que las condiciones del medio social
impulsan, en muchos casos, al hombre hacia el delito, se evidencia que no existen dos
individuos cuya constitución fisiopsiquica sea idéntica, es decir, que un sujeto debe
reaccionar en sentido delictuoso mientras otro en iguales circunstancias se ve forzado a
mantenerse honesto. Así el derecho penal ascenda una nueva vida, en criminología
pudo afirmarse que no hay delitos, sino delincuentes, entonces el criminalista sabe que
en casa caso debe hacerse un estudio especial y no aplicar solamente una formula
apriorista del código.
Programa de criminología:
Es posible esbozar un programa sintético de la criminología. El método positivo general,
aplicado al estudio particular de los fenómenos de la patología humana o social enseña
que debe estudiárselos desde tres puntos de vista: sus causas, sus manifestaciones y su
tratamiento.
Según ese principio tenemos tres campos de estudio:
ETIOLOGIA CRIMINAL: estudia las causas determinantes de los delitos, busca el
determinismo y elimina el libre albedrío del delincuente. Tiene en cuenta la constitución
orgánica y las condiciones ambientales en las que vive.
CLINICA CRIMINOLOGICA: estudia la formas de los delitos y los caracteres
fisiopsíquicos de los delincuentes, determinando su grado de inadaptabilidad social o de
temibildad individual.
TERAPEUTICA CRIMINAL: estudia las medidas preventivas y la organización de
las instituciones necesarias para la defensa contra los delincuentes. No se trata de castigar
al delincuente sino de procurar asegurar la defensa social contra su actividad morbosa.
Etiología: factores que convergen a la determinación de un delito:
Antropología Criminal: factores endógenos, biológicos, propios del delincuente.
- Psicopatología criminal: estudia las anormalidades funcionales en la psiquis del
delincuente.
- Morfología criminal: estudia las anomalías morfológicas de los delincuentes.
Mesología Criminal: factores exógenos, propios del ambiente.
- Sociología criminal: estudia las causas propias del ambiente social
- meteorología criminal: estudia las causas propias del ambiente físico.
Ninguno de los diversos grupos de factores basta, por solo, para explicar la etiología
del delito, es necesario entender que deben coexistir ambos. El delincuente necesita
encontrar en el medio las condiciones propicias a la oportunidad de delinquir. De igual
manera, las condiciones del medio, aunque sean pésimas, necesitan actuar sobre un
carácter o sobre un estado psicológico especial para arrastrar al individuo al delito.
El delito no se produce sin que exista una perturbación en la actividad psicológica, capaz
de modificar la conducta social; esa perturbación puede ser permanente, transitoria o
accidental. Estas anormalidades de la conducta individual son los microbios que esperan
el indispensable caldo de cultura de las condiciones sociales.
Plan general de defensa social contra la delincuencia:
Profilaxia y prevención de la criminalidad: sólo puede ser eficaz si se dirige a las
causas mismas de la inadaptación moral.
1º. Legislación social: conviene adoptar reformas sociales que puedan mejorar la
situación material y moral de las clases menesterosas. La miseria es un factor de
criminalidad.
2º. Profilaxia de la inmigración: se impone evitar que ciertos grupos sociales endosen
a otros su población criminal.
3º. Educación social del niño: hay que prevenir la delincuencia desde la infancia. Hacia
la infancia enferma física o moralmente, deben converger los mayores esfuerzos de
protección social.
4º. Readaptación social de los malvivientes: los malvivientes representan una etapa de
transición entre la honestidad y el delito. La ley no los alcanza, pero es necesario que la
sociedad se defienda de ellos, pues bajo ese fondo se desarrollan todos los elementos de
contagio moral que preparan la delincuencia futura.
Secuestración de los delincuentes en establecimientos carcelarios: Se impone
clasificar a los delincuentes por sus tendencias individuales, por su temibilidad y por su
reformabilidad. Las penas aplicadas en proporción al delito son ineficaces, el delincuente
es lo que interesa a la defensa social. Es diferente una madre hambrienta que roba para
dar de comer a sus hijos que un delincuente profesional. La medida de la terribilidad de
los delincuentes no se deduce del delito cometido sino de su estudio psicológico
individual.
Los establecimientos destinados a la reforma y secuestración de los delincuentes deben
convertirse en verdaderas clínicas criminológicas, donde se estudie a los recluidos y se
intente readaptar socialmente a los reformables. Para ello, que los diversos
establecimientos carcelarios, se deben adaptar a la diversa reeducabilidad y temibilidad
de los delincuentes.
El principal problema es evitar la promiscuidad entre los sujetos fácilmente reformables
y los difícilmente reformables, y entre estos últimos y los irreformables. Lo esencial es
separar a los delincuentes en categorías correspondientes a su temibilidad, cuya medida
aproximada se deduce por un estudio psicológico.
- Prisiones: Delincuentes ocasionales (temibilidad mínima).
- Penitenciarías: Delincuentes reformables (temibilidad mediana).
- Presidios: Delincuentes irreformables (temibilidad máxima).
- Establecimientos especiales: Asilos de contraventores, asilos de menores,
manicomios criminales, cárceles de mujeres.
Readaptación social de los excarcelados: la acción de la sociedad debe continuarse
cuando el delincuente vuelve a actuar en su medio, persiguiendo un doble fin: proteger al
delincuente contra las tendencias delictuosas y proteger a la sociedad mediante una
vigilancia o tutela, justificada por los antecedentes del sujeto.
- Patronato de los excarcelados
- Tutela de inadaptables
Inadaptación social de los delincuentes
- La formación de la personalidad esta dentro de la sociedad. En la misma la educación
tiene un papel fundamental.
- Plantea que la herencia biológica constituye el temperamento y se traduce en
tendencias; y la educación constituye la experiencia individual.
- LA PERSONALIDAD ES EL RESULTADO DE LA HERENCIA MEDIANTE LA
EDUCACIÓN.
- La adaptación de conducta individual al medio social depende del equilibrio entre los
elementos constitutivos del carácter.
- La anormalidad del carácter se traduce en la anormalidad de la conducta.
- La inadaptación social de los actos es el resultado de desequilibrios entre la
personalidad y el medio en que actúa.
Los primeros desarrollos de la psicología en la argentina.
Ana María Talak
La autora aborda los primeros desarrollos de la psicología en la Argentina, durante el
periodo previo a su profesionalización.
1. LOS PRIMEROS DESARROLLOS ACADÉMICOS: LA PSICOLOGÍA COMO
UNA CIENCIA PRIMERA.
1. La nueva psicología: “partir de la experiencia”.
Este momento inaugural de la psicología comenzó con la creación de los primeros cursos
universitarios de psicología. Coincidió con la actividad desarrollada por la “tercera
generación de positivismo argentino”, y con la época de los estudios psicologicos basados
en la fisiología y en el determinismo de las cs naturales.
Se llamaba filosofía positiva o científica a esta filosofía que buscaba fundar sus
razonamientos y conclusiones en los resultados positivos de las ciencias empíricas. En
Argentina, la palabra positivo comenzó a hacerse corriente en los escritos de los
intelectuales en la década de 1830, para designar lo que se consideraba objetivo, real,
natural, y también lo que era progresista en lo social y político.
El positivismo brindó un marco para plantear interpretaciones de la realidad social en un
momento en el que se buscaba consolidar el estado y la nación, logrando articular sus
ideas en instituciones que se ocupaban de modelar prácticas sociales en función de los
objetivos de las élites dirigentes.
En este clima de ideas hay que entender los primeros desarrollos de la psicología
académica. El primer curso universitario de psicología apareció en el plan de estudios de
la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. La ubicación académica de la psicología
entre las disciplinas filosóficas incidió en las dificultades de su desarrollo autónomo
posterior.
El primer profesor del curso de psicología, la reconoció estrechamente relacionada con la
filosofía pero la proclamó a su vez como ciencia positiva, producto de un proceso de
particularización del saber, de acumulación de conocimientos y de un aumento de
precisión y rigor en sus resultados gracias a los métodos objetivos. La creación de
laboratorios de psicología experimental como complemento de las cátedras debe verse
dentro de un marco más amplio que definía la nueva psicología ante todo como aquella
que “partía de la experiencia”. La observación era vista como la base de cualquier
conocimiento verdadero. La filosofía positiva de la ciencia postulaba la inducción a partir
de los datos de la experiencia.
En la enseñanza de la psicología también estaba presente una dimensión práctica, la de
fundar una intervención racional sobre las problemáticas sociales e individuales que
afectaban los procesos de modernización de la sociedad y del estado argentino en ese
período. El conocimiento psicológico de la evolución individual y de las sociedades, y de
sus manifestaciones patológicas, se ofrecía como la base científica a partir de la cual los
educadores, los políticos, los intelectuales y los hombres de ciencia podrían deducir las
formas más eficaces de intervención.
La búsqueda de un reconocimiento del carácter científico de la psicología, llevó a destacar
discursivamente el valor del método experimental, y estimuló la creación de espacios
académicos dedicados explícitamente al desarrollo de la orientación experimental en
psicología (cátedras y laboratorios).
Se produjo así un deslizamiento semántico entre los términos “experiencia” y
“experimentación”, en el cual se mantenía el significado emotivo favorable del último en
relación con el estatus científico que este suponía. El experimentalista no era entonces
alguien que realizaba experimentos, sino un adepto a la doctrina experimental. En la
práctica, la expresión psicología experimental terminó aludiendo tanto al método como a
una posición doctrinaria, la cual podía ser asumida sin llevar a cabo experimentos
concretos en psicología.
Los primeros profesores que se hicieron cargo del curso de psicología en la UBA, eran
abogados, que no realizaban prácticas experimentales de psicología, pero difundían una
psicología científica basada en la experiencia y que recurría a los aportes de las ciencias
naturales.
2. La nueva psicología experimental como psicofisiología y psicología clínica.
Un nuevo paso en la institucionalización se realizó cuando Horacio Piñero, médico, se
hizo cargo del curso de Psicología y fundó un laboratorio de psicología experimental en
1902. El curso adoptó la orientación experimental, era fundamentalmente psicología
fisiológica, en tanto verificación y control de los fenómenos fisiológicos que acompañan
a los estados de cc. La introspección no quedaba excluida, ya que siempre se debía partir
del examen de cc.
Esta nueva psicología incluía también la observación clínica como fuente importante de
abordaje de la experiencia psicológica. Esta suponía la observación del fenómeno
“anormal” como una variación producida por la naturaleza.
La psicología científica en tanto psicología experimental abarcaba tres tipos de
experimentación: provocada (las investigaciones psicofisiológicas y de tiempos de
reacción), la inducida (estudios sobre y por medio del hipnotismo y la sugestión) y natural
(el llamado método patológico).
El desarrollo de este curso de psicología experimental no significaba el desarrollo de toda
la psicología científica. En 1904 Piñero manifestó la necesidad de crear un segundo curso
de psicología que abarcara los contenidos que su curso no abordaba, pertenecientes a una
psicología “filosófica”. Ambos se complementarían brindando a la enseñanza de la
psicología un sentido más acorde al ámbito académico en el cual se desarrollaba.
De esta manera, por primera vez apareció formulado como un problema la definición de
la psicología y su inserción institucional. Por un lado, la psicología científica era más que
la psicología experimental, pero cuando se planteaba crear otro curso que abarcara lo que
la psicología experimental no desarrollaba, se lo consideraba psicología filosófica.
Una vez creado el segundo curso de psicología, y luego del fracaso en conseguir respaldo
académico para desarrollar sus contenidos, José Ingenieros asumió como profesor en
1908.
José Ingenieros:
- Elaboró una formulación teórica de la psicología que fue aceptada y, durante algunos
años, constituyó un marco unificado en el cual se reconocieron como pertenecientes
hombres de diversas inserciones profesionales que contribuían a la enseñanza de la
psicología.
- Fue el primero en desarrollar sistemáticamente los problemas de la articulación entre
la orientación filosófica y la científico-naturalista y en analizar las consecuencias de
la adopción del marco naturalista. Formuló los lineamientos generales de la psicología
como ciencia natural, como un capítulo de la biología, y desarrolló los aspectos
filosóficos de sus fundamentos y su relación epistemológica con las ciencias en
general y con la filosofía, ubicando su propia reflexión en el terreno de la filosofía.
- En su esquema, evolucionismo y determinismo aparecían articulados con el monismo
energetista, ya que éste era sustentado en una concepción evolutiva de la energía y de
las funciones a través de las cuales se manifestaba. La adaptación al medio, clave de
la evolución, produce necesidades cada vez más complejas en la materia viva, que
promueven el desarrollo de funciones a su vez cada vez más complejas. De ahí que
las funciones psíquicas no se consideraran como propias sólo del ser humano, sino
que se manifestaban en todas las especies.
- Retomó la definición del objeto de la psicología desde el evolucionismo como el
estudio de las funciones psíquicas en su cambio continuo, en la evolución en las
distintas especies, del individuo y de las sociedades. Esta “psicología genética” tenía
métodos genéticos. Todos los demás métodos constituían métodos particulares,
subordinados a ese criterio general.
- Todos los métodos particulares eran vistos como formas especiales de observación:
extrospectiva, introspectiva. La observación “extrospectiva” era la fundamental, ya
que el fin de la psicología era estudiar las funciones “evolutivamente”.
- El resto de la psicología genética se basaba en la observación y en el traslado de
conclusiones sobre el conocimiento de la evolución individual a aspectos de la
evolución filogenética y sociogética. La teoría de la recapitulación, es decir, la idea
de una analogía entre la vida del individuo y la vida de la especie humana, se había
convertido en un supuesto no cuestionado, en diferentes disciplinas de la época.
- El sueño de que la psicología alcanzara un carácter científico por medio de la
cuantificación de todos sus conocimientos no se había logrado. La interpretación de
esta situación por varios autores de la época como una crisis de la psicología
experimental muestra un escenario complejo ya en los mismos orígenes en cuanto a
la definición de la psicología y su estatuto epistemológico.
- Ingenieros excluía la cuantificación y las fórmulas matemáticas. Sólo en la
investigación en psicofisiología el investigador producía la lesión para observar las
perturbaciones psíquicas que sobrevenían. Si no se podía previamente determinar las
condiciones del fenómeno, la observación no podía ser considerada experimental.
- Relativizó el aporte del método experimental y la dependencia que la psicología tenía
de él para ser considerada como ciencia. Al mismo tiempo revalorizó la observación
y el método patológico desde el marco evolucionista.
4. La Sociedad de Psicología de Buenos Aires.
Los miembros de esta sociedad, tenían en común más allá de sus diferentes formaciones
académicas (médicos, abogados, educadores, criminólogos, etc.), la dedicación a la
enseñanza superior de la psicología o de disciplinas relacionadas. La Sociedad se organizó
en cuatro secciones: Psicología Normal, Anormal, Pedagógica y Social.
5. Nuevos debates acerca de la naturaleza de la psicología.
En 1917, el debate sobre la articulación entre los dos cursos volvió a mostrar la
permanencia del problema de la definición de la psicología. El debate continuó en 1918,
y se dejó en claro que el problema no tenía por el momento resolución y se optó por una
salida política: la seguridad del naturalismo había quedado atrás; la filosofía mostraba
que podía y debía complementar los resultados de la ciencia, para darles una valoración
más ajustada; por lo tanto, los dos cursos se mantenían con sus respectivas orientaciones.
El problema de la enseñanza respondía a un problema más profundo: el de la naturaleza
de la psicología. El problema radicaba en las formas inconciliables de concebir la
psicología como ciencia natural o como ciencia del espíritu.
En suma, vimos que en el desarrollo académico de la psicología en la Universidad de
Buenos Aires primó la voluntad de fundar institucionalmente un desarrollo “positivo” de
la psicología. En esa dirección se lograron resultados concretos. De ahí la creación del
laboratorio y la orientación de las cátedras. En general, se llamaba “experimental” a todo
aquello que posibilitara el estudio controlado de la experiencia.
2. LOS USOS DE LA PSICOLOGÍA
Psicología y criminología.
En Buenos Aires, durante la primera década del siglo XX, con el crecimiento urbano,
crece la preocupación por la delincuencia. En este contexto, se constituye un programa
criminológico, a partir del cual el Estado y sus instituciones encararían la criminalidad
mediante una intervención práctica-disciplinaria que convocaba a los científicos y sus
saberes académicos.
La criminología moderna recurrió a un marco biológico-evolucionista en el que el papel
de los médicos adquiría una función significativa. Desde un enfoque naturalista y
cientificista, la criminalidad era definida como una patología, que afectaba tanto al
individuo como a la sociedad.
En la criminología argentina, el peso de la antropología criminal debía ser sustituido por
una psicopatología del delincuente, y la utilización de la categoría de degeneración
biológica debía ser reinterpretada a partir de las causas sociales que incidían en la
conducta del delincuente. El marco naturalista sería reinterpretado en función de un
abordaje psicosocial de la problemática criminal. Hacia 1910, se consolida una nueva
especialidad de la psicología, la psicopatología criminal, que tomaba a la personalidad
del delincuente como objeto de conocimiento psicológico y a la llamada “mala vida”
como la problemática a intervenir.
Psicología y educación
Se utiliza el saber psicológico para el del logro de una identidad nacional y la necesidad
de diseñar formas de intervención que transformaran la sociedad en la dirección deseada.
A partir de la conformación de un sistema de educación pública, la psicología aparece
como un instrumento indispensable para diseñar una didáctica y una pedagogía
científicas.
Desde la obra de Sarmiento, la educación pública se veía como el medio que permitiría
alcanzar un doble objetivo. Por un lado, la adquisición del conocimiento y el desarrollo
de la cultura civilizada. Por el otro, la concepción y utilización de la educación pública
como medio para desenvolver los valores propios de la nacionalidad, comprometida en
la formación de un sujeto social y moral: el niño argentino.
La educación busca homogeneizar culturas inmigrantes, apunta a moldear a los niños para
conformar una raza argentina.
La escuela era vista como el “laboratorio” de una psicología evolutiva y pedagógica
científicas. Y los educadores, como los principales contribuyentes al desarrollo de la
misma. La escuela permitía acceder a gran cantidad de sujetos. El conocimiento
psicológico de los niños no apuntaba a conocer sus diferencias individuales, sino la
“colectividad infantil”, para poder aplicar los resultados de las investigaciones a la
educación de los mismos.
Los trabajos de investigación en los laboratorios tomaron la orientación y sus criterios de
investigación científica de las diversas prácticas vigentes de psicología experimental
(psicofisiología, psicofísica, mediciones de tiempos de reacción, mediciones
antropométricas) y del conocimiento de la evolución mental (que incluía el uso de “tests
mentales”). Entre las investigaciones psicológicas se incluyó el estudio de las
“anomalías” o “trastornos” del desarrollo evolutivo, tanto en relación con intereses
clínicos, como en relación con problemas educativos y criminológicos. La delincuencia
infantil y la indisciplina escolar eran vistas como desviaciones con respecto a una norma
evolutiva ideal; esta norma ideal se expresaba en una esperada adaptación al medio
escolar y las desviaciones eran identificadas con patologías.
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