Más información...
Los Estados Unidos de América, Adams. Capítulo 3 "La Revolución Industrial en los Estados Unidos", pp. 109-165
Capítulo 3: “La revolución Industrial en los Estados Unidos” (resumen)
Sus orígenes del siglo XVIII
Los EE. UU. disponían de una serie de ventajas que favorecían el desarrollo económico: una estructura
política estable, educación y riquezas difundidas, una clase comercial agresiva y prospera, además de
una serie de prácticas comerciales y de instituciones útiles. Pero también existían obstáculos: la mano
de obra era cara debido a la existencia de una frontera abierta, el capital era escaso y los bancos eran
prácticamente inexistentes y un deficiente sistema de transportes impedía la formación de un mercado
nacional, la especialización regional y una economía de escala
A fines del siglo XVII, distintos acontecimientos favorecieron la superación de estos obstáculos e
iniciaron el proceso de industrialización. La Independencia permitió a los colonos liberarse del
monopolio comercial británico y crear un gobierno que propiciara la expansión económica. Las guerras
desencadenadas con la Revolución Francesa (1793-1815) fueron un gran estímulo para el comercio.
Pero fue la Revolución Industrial británica la que trajo mayores consecuencias, abrió un enorme
mercado para la exportación de algodón en bruto y generó competencias entre los industriales
americanos que los llevó a producir de manera más eficiente y a menor precio. Además, las técnicas
industriales británicas llegaron rápidamente a América donde fueron perfeccionadas. La Revolución
Industrial en Europa, además, generó un gran desplazamiento de población hacia América. A medida
que los EE. UU. crecían económicamente, disminuyó la influencia europea y su expansión dependió cada
vez más de la interacción de los diferentes sectores de su propia economía nacional.
LA REVOLUCIÓN DE LOS TRANSPORTES
A comienzos del siglo XIX, el costo del transporte terrestre era elevado por las grandes distancias. Las
ciudades del Noreste (NE) estaban comunicadas por carreteras pavimentadas, pero, fuera de la región,
era costoso el mantenimiento y poco rentable por el escaso tráfico. El Estado y los municipios
comenzaron a subvencionar algunas carreteras que se dirigían al Oeste (O).
Mayor importancia tenía el transporte fluvial. El Mississippi y sus afluentes permitieron la vinculación de
extensas zonas del Medio Oeste (MO) y del Sur (S), con la ciudad de Nueva Orleans como nexo. Durante
décadas este rio sólo fue transitable mediante el uso de baisas. Recién desde 1811, con los barcos de
vapor, se pudo remontar el río aguas arriba. A partir de ese momento se construyeron cientos de naves
para satisfacer la creciente del Paralelamente, en el NE inició la construcción de una serie de canales
para vincular los distintos ríos y lagos, y lograr un acceso propio al O. El canal de Erie, financiado por el
Estado, vinculaba el Atlántico con los Grandes Lagos. En 1830, éstos se conectaron con la cuenca del
Mississippi
Los primeros ferrocarriles fueron construidos durante la década de 1830 en aquellas ciudades que
tenían pocos canales y trataban de ampliar sus mercados occidentales. Hacia 1850 el FFCC alcanzó el
MO y en 1860 ya había varias líneas en sentido E-O. La construcción de nuevas líneas se retomó después
de la Guerra Civil (1860-1865), lográndose la primera línea transcontinental en 1869. En 1910 se había
completado el sistema ferroviario, alcanzando un recorrido de 385.000 km.
Mucho se ha discutido acerca del rol de los distintos medios de transporte en el crecimiento económico.
según J. Killik, las mejoras en el transporte fluvial producidas a comienzos del siglo XIX fueron el
resultado y no la causa del creciente comercio. La colonización del valle inferior del rio Mississippi fue
acelerada por el barco de vapor, pero su verdadero impulsor había sido la demanda creciente de
algodón. De igual manera, la colonización del MO fue por delante de los transportes, y los FFCC se
construyeron para satisfacer una demanda ya existente. Solamente en las altiplanicies y en la zona de
montañas los FFCC habían sido construidos por delante de la demanda
. . . . .