Es una inflamación que incluye la acumulación de materia infectada
(pus) localizada entre la membrana exterior que recubre el cerebro
y la médula espinal (la duramadre) y los huesos del cráneo o la
columna vertebral.
La causa del absceso epidural es una infección localizada entre los
huesos del cráneo o la columna vertebral y las meninges externas,
que son las membranas que recubren el cerebro y la médula. Si la
infección se encuentra en el área del cráneo, se clasifica como un
absceso epidural intracraneal, y si se encuentra en el área de la
columna, se clasifica como un absceso epidural espinal.
La infección generalmente es causada por bacterias (el estafilococo
es común), pero en algunos casos puede ser causada por hongos. El
material infectado (pus) generalmente incluye las células tisulares
destruidas, glóbulos blancos y microorganismos vivos y muertos que
pueden separarse en un absceso. A menudo, se presenta inflamación
de los tejidos que circundan el absceso en respuesta a la infección.
La mayoría de los síntomas se deben al agrandamiento del absceso y
a la inflamación circundante, lo cual puede llevar a que los tejidos
del cerebro y la médula espinal se compriman.
La infección puede producirse por la diseminación de las infecciones
localizadas cerca del absceso o puede ser causado por
microorganismos que se propagan desde lugares distantes a través
del torrente sanguíneo. No obstante, la fuente de la infección no se
identifica en más de una tercera parte de los pacientes.
Los factores de riesgo en el caso de los abscesos epidurales
intracraneales (dentro del cráneo) incluyen: infección crónica del
oído, mastoiditis, sinusitis crónica, además de lesiones en la cabeza
y neurocirugía reciente.